Para no depender de las habilidades de un entrevistador o
de las habilidades interpretativas de un observador en la
evaluación de la personalidad, los psicólogos diseñaron
las pruebas objetivas o inventarios de personalidad.
Suelen presentar la estructura de un cuestionario, y
consisten en una serie de preguntas destinadas a medir el
grado en que un individuo posee un rasgo de
personalidad, una gama de sentimientos o una forma de
conducta.
Se aplican y califican de acuerdo con un procedimiento estándar. Por lo general, se elaboran de
forma que la persona simplemente elija un sí o no como respuesta o seleccione una respuesta
entre varias opciones.
Son las técnicas más utilizadas por los teóricos del enfoque de rasgos ya que no son costosas y
son fáciles de calificar, pero se basan en el informe personal de los sujetos sobre su conducta.
Tratan de perfilar los patrones de conducta de una persona, no de revelar la dinámica de su
personalidad oculta.
Se llaman pruebas objetivas porque son calificadas por igual por cualquier examinador
experimentado y la interpretación viene dada a partir de la cuantificación de las respuestas. Tres
de los cuestionarios de personalidad más conocidos son:
- MMPI (Inventario Multifásico de la Personalidad de Minnesota).
- 16 PF (Cuestionario de 16 factores de la personalidad de Cattell).
- BFQ (Big Five Questionnaire).
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