Según estas teorías, las personas difieren de acuerdo al
grado en que poseen ciertos rasgos de personalidad que
pueden ser inferidos de su comportamiento y que
utilizamos para describirlas, como la dependencia,
ansiedad, agresividad y sociabilidad.
Los rasgos son características definitorias del individuo que son relativamente estables y
generales, es decir, un rasgo es una disposición a comportarse de manera estable en
diversas circunstancias. Hay personas mentirosas, habladoras, valientes, etcétera.
El grado en que un rasgo está presente en cada persona se sitúa en un continuo que va desde la
afirmación plena en un extremo hasta su término opuesto en el otro.
Durante el siglo pasado se realizaron varios intentos de reducir los rasgos individuales de la
personalidad a un número limitado de categorías o tipos. Gordon Allport señaló que podrían
utilizarse miles de palabras para describirlos. Raymond Cattell identificó 16 rasgos básicos
aplicando el método estadístico del análisis factorial.
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